1316 - Llovizna
Amparada en la pálida neblina,
como al acecho de mi piel, te veo
improvisando tenue ronroneo
que no se escucha, pero se adivina.
Resbalas sobre mí, llovizna fina,
con tacto de caricia, de aleteo;
qué suave incitación, qué galanteo
sutil de cortesana o concubina.
Cerrado mi paraguas, y yo abierto
a tus dedos minúsculos, advierto
cómo cada uno en levedad me toca.
No sé si me apaciguas o estremeces,
pero al cubrirme de humedad, pareces
un beso ligerísimo en la boca.
Los Angeles, 23 de julio de 2005