1477 - Silvia
Eres mujer de andén y campanilla,
nudo de trashumancia y alborozo,
flúido arroyo más que inmóvil pozo,
más que lirón durmiente inquieta ardilla.
No sabes de la siesta ni la silla,
siempre tus pies al borde del retozo;
si tienes, nadie ha visto tu sollozo,
y el centro de las cosas es tu orilla.
Tus hermanos, los puntos cardinales,
y aun rodando por tantos carnavales,
mantienes seriedad y sensatez.
Equilibrio de farras y deberes,
sabiendo cuándo, y cómo, y lo que quieres;
en tanta juventud, tal madurez.
Castilla, 29 de mayo de 2006