1501 - Hogar
Se vuelve siempre al punto en que se nace;
si se nació al amor, éste no muere;
podrá dormir hasta que se libere,
si la fatiga llama al desenlace;
podrá languidecer cuando se abrace
a una forma vacía que confiere
no más que fuegos fatuos, o que hiere,
pero al final resurge y se rehace.
No en el mismo lugar, ni a igual usanza,
ni tal vez en idéntica alianza,
ni a análogo nivel, pero subsiste.
Hoy vuelvo a ese lugar de nacimiento,
reconstruído al fin desde el cimiento,
al fuego y a la luz que tú encendiste.
Los Angeles, 12 de julio de 2006