1553 - No volverás
Puedo decirte adiós, y no perderte,
aunque el adiós siempre es definitivo;
el ‘hasta luego’ permanece vivo,
adiós es terminal, como la muerte.
Mi adiós es otra forma de quererte,
dándote libertad, mientras cultivo
la mies de tu recuerdo, y obsesivo
vagar caminos esperando verte.
No he renunciado a ti, sólo te dejo
celebrar a tu ritmo este festejo
de ligerezas que llamamos vida.
No volverás, ni yo estaré a la espera,
pero tu clara imagen persevera,
y cada noche al lecho me convida.
Los Angeles, 12 de septiembre de 2006