1586 - Fantasma
Me dijo que me amaba todavía.
¿Quién ama desde el centro de la muerte?
¿Es la guadaña ardid que nos convierte
en amantes de nuevo? ¡Qué ironía!
El tiempo viene y huye. Nace el día,
para morir más tarde, y si revierte
mañana en nueva luz, no es que despierte
lo que ayer se durmió; nunca podría.
Se suicidó a la orilla de mi vida,
y la enterré. Tal vez arrepentida,
solicitó en la sombra redención.
Y ahora es fantasma que en la noche clama
por el amor de este hombre, y por la cama
que alberga en desnudez otra pasión.
Los Angeles, 10 de noviembre de 2006