1603 - Logan (II)
Apagándote vas, agonizante
lámpara en silencioso parpadeo,
ausente ya el gozoso ronroneo
que fue a mi tacto réplica constante.
Del sosiego a la acción sólo un instante,
sólo un salto del sueño al jugueteo,
pero hoy, en tu quietud e indicios, leo
tu mensaje de adiós, desconcertante.
Mi alma no acepta haber llegado tu hora,
a pesar de tu edad, y lo deplora;
en cierto modo te juzgó inmortal
desde que descubrió, bajo su mano,
un espíritu amigo, casi humano,
en tan estrecho molde de animal.
Los Angeles, 24 de diciembre de 2006