1726 - Primavera y revelación
En silencio me dijo tantas cosas…,
y yo las escuchaba por los ojos.
El alma está sellada con cerrojos
que sólo abren miradas luminosas.
De sentido a sentido, laboriosas
las manos hablan músculos y antojos;
de mente a mente fluyen los manojos
de orquídeas emotivas, jubilosas.
Fue para mí tangible primavera,
en eclosión de piel, enredadera
de tallos estrechándome agresores.
Y fue también revelación escrita
que yo pude leer, y que hoy musita
dentro de mí requiebros y primores.
Los Angeles, 23 de julio de 2007