1750 - Mirando alrededor
Vistes serenidad, pero aniquilas,
vaporizando rostros de mujeres;
eres mar absorbiendo naves, eres
ciego ciclón, arrasas y mutilas.
Pero no hay brusquedad en tus pupilas,
sino tacto sedoso; tus poderes
son ajenos a ti, que no interfieres,
no los gobiernas, sólo los destilas.
Mirándote olvidé rostros que un día
se apoderaron de mi fantasía,
repoblando las zonas de la mente.
Hoy, al mirar en derredor, te veo
sin que otra sombra enturbie mi deseo,
porque me has hecho el mundo transparente.
Los Angeles, 3 de septiembre de 2007