1830 - Por el mar de mis sueños
Más soledad me das que compañía,
mar de mis sueños por el que navego;
conozco el derrotero, mas no llego,
y no es razón de inercia o lejanía;
es favorable el viento, todavía
alto está el sol, las aguas en sosiego;
quizá el insomnio me ha dejado ciego,
o la neblina obstruye su bahía.
Tal ansiedad en mi interior converge
que si este viejo barco se sumerge,
no será el temporal que lo provoca.
Su designio, tal vez, o su descuido
por no haber programado y emitido
las señales de luz sobre la roca.
Los Angeles, 15 de febrero de 2008