1856 - Mis monólogos
Ya no me escuchas a nivel de amante,
mas dialogo contigo, con cautela,
pues la conversación se desnivela,
tú silenciosa, yo monologante.
Pregunto tantas cosas…, y al instante
fabrico tus respuestas; las que anhela
mi mente conturbada, sin secuela
de farsa y beso en péndulo oscilante.
Te digo tanto de lo que has pensado,
y no me has admitido, del tinglado
de verdades a medias, o de engaños.
Y tú callas, y no encuentro razones
para exculparte, y quedo sin opciones
de validar nuestros mejores años.
Los Angeles, 24 de marzo de 2008