1862 - Glorias de ayer
Las pasadas victorias son de viento
si herido estoy y al borde de la muerte;
cuanto viví y amé se me convierte
en vago esbozo, efecto soñoliento.
En esta hora mortal, cómo presiento
la contingencia de que me despierte
y en lugar de radiante llegue a verte
a nivel de paisaje polvoriento.
Si el precio a que a otro amor resucitara
fuera que nuestra gloria se esfumara,
aunque ya más que nuestra es sólo mía;
si este dolor de haberme desertado
pudiera ser de cuajo erradicado
a cambio de olvidar, no aceptaría.
Los Angeles, 1 de abril de 2008