1881 - En orfandad perdidas
Recogeré caricias indefensas
pertinentes a tantas otras vidas
que en melancólica orfandad perdidas
errantes van en convicción de ofensas.
Y a nadie han ofendido. Si propensas
a autoreprobación, y desvalidas
nos aparecen, es porque vendidas
o abandonadas fueron. Tal vez piensas
que tus caricias aún te pertenecen.
No es así. Mientras amas, permanecen;
si abandonas, se van por los caminos,
renegando de ti, de tu contacto,
en busca de otras manos, de otro pacto,
de otros ofrecimientos más genuinos.
Los Angeles, 10 de junio de 2008