1886 - Otra voz
Llega otra voz de ayer que, enmudecida,
nunca extinguió su interna resonancia,
aunque en el arenal de la distancia
proclamaba el simún la despedida.
Como el oso polar quedó dormida,
hibernando en su cueva, en ignorancia
de tiempo, de lugar, de circunstancia,
y al fin la primavera, y otra vida.
Llega cuando mi canto enamorado
entrevé su mensaje desdeñado,
y la voz que me hablaba queda muda.
Vibra de nuevo, voz resucitada,
abrasa en fuego, clávate en espada,
desbaratando al fin mi última duda.
Los Angeles, 16 de junio de 2008