1896 - Sigue virgen mi espíritu
Me rodean impúdicas vestales
de túnicas ceñidas, transparentes,
si en formato gentil de adolescentes,
desbordantes de instintos animales.
Danzan en torno a mí; sus espirales
me nublan la razón; tan inocentes,
tan lúbricas también, tan decadentes,
mutua explosión de flúidos vitales.
Mi carne, ya letárgica, se duerme;
conseguí abandonarme, no ofrecerme,
a mi piel se adhirieron, tenue sombra.
Sigue virgen mi espíritu, enlazado
sólo al tuyo; tan fiel, tan fracasado,
que aun en tu fuga sin cesar te nombra.
Los Angeles, 21 de junio de 2008