1907 - Pedestal Nº 2
Se te ha ausentado el hombre, y de su abrazo,
templo pagano en que adorabas ciega,
sólo te queda, en su belleza griega,
una columna jónica. El zarpazo
del destino cortó el último lazo,
y nada os une ya; si el alma ruega,
será súplica vana, que no llega
a subsanar el daño del rechazo.
A esa columna abrazan y comprimen
los muslos del recuerdo, mientras gimen
en gozo y en dolor tus orfandades.
Densa fragancia de mejores días
y sudor animal en sus estrías
aún logran activar tus humedades.
Los Angeles, 9 de julio de 2008