1928 - Algún día, tal vez
Me duele la mirada de no verte.
Al exhumar tu rostro en mis archivos
me duele aún más; son tantos los motivos
como fuera enigmático perderte.
Algún día tal vez, tal vez despierte,
si soñándote estoy; y en mis cultivos,
de ti sembrados, tan improductivos,
logre mejor cosecha al removerte.
El fuego abrasará cada gavilla
de hierba seca, habrá nueva semilla
para el surco recién aparecido.
Madurará esta mies espigas de oro,
y me repetiré: “Ya no la añoro”,
fingiendo absurdo, inexistente olvido.
Los Angeles, 24 de julio de 2008