1943 - A la espera (I)
Era el aire rumor de primavera,
yo, silencio de invierno deshojado,
al borde gris de mi orfandad sentado,
esperando al amor…a mi manera.
Escuché los rugidos de la fiera
rodando por la piel, y alborozado,
grité: “Ya vino”. Pero fue un tinglado,
si grandioso, no de oro, de madera;
y al alejarse a ritmo de tambores,
vi que no era el amor de los amores,
sino sólo su pálido reflejo.
Y al acecho seguí, con la esperanza
de divisar tal vez en lontananza
el fausto y convulsión de su cortejo.
Los Angeles, 12 de agosto de 2008