1958 - La tiniebla
Ah, la tiniebla, qué íntimo regazo,
qué asilo para el ensimismamiento,
qué puerto en que alijar el cargamento
de este barco interior. Cada zarpazo
soltado por la vida, cada lazo
degenerado en estrangulamiento,
cada amor agotado o fraudulento,
requiere la terapia del abrazo.
Y la sombra en silencio nos envuelve
como una madre oscura, y nos devuelve
la paz perdida, la esperanza muerta.
La luz es distracción, beligerancia,
la tiniebla es la calma de esa infancia
que ansiamos recobrar, que nos despierta.
Los Angeles, 17 de septiembre de 2008