Poemas de amor, de soledad, de esperanza
de
Francisco Álvarez Hidalgo

Antología de Sonetos

199 - La adúltera
“El que de vosotros esté sin pecado, arrójele la piedra el primero” (Juan 8: 7)
Los brazos de mi amante me cercaron y mis manos sobre él rodaron locas; todas las horas parecían pocas, hasta que de su lecho me arrancaron. En hemiciclo de odio me acosaron, y los sucios insultos de sus bocas cayeron más hirientes que las rocas lo hubieran hecho; y me inmovilizaron. Tendida al sol, sobre la ardiente arena, descendió sobre mí la luz serena de la única mirada sin veneno. Era el Rabí que a los leprosos cura, y me dijo en su tono de dulzura: "Mujer, fue por amor: No te condeno".
Los Angeles, 14 de mayo de 1999
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