204 - Rahab
“Apoderándose de la ciudad, dieron al
anatema todo cuanto en ella había, y al filo
de la espada a hombres y mujeres, niños y
viejos, bueyes, ovejas y asnos”.
(Josué 6: 21)
Vinieron como lluvias torrenciales
arrasando a su paso la cosecha,
imponiendo una ley de mente estrecha,
al toque fiero de los atabales.
Doce tribus de nómadas brutales,
de sangre y fuego el alma contrahecha,
exterminan en una sola fecha
a hombres, mujeres, niños y animales.
Peor castigo yo merecería,
habiendo traicionado en ese día
a la comunidad en que nací.
De nuevo el vencedor con Dios se explica,
la matanza con El se justifica,
y a través de los siglos será así.
Los Angeles, 18 de mayo de 1999