2084 - Toda cristal
Eras toda cristal; podía verte
como a través del aire, en transparencia;
eras extática circunferencia,
sin aristas ni esquinas, al quererte.
Mágica seductora que convierte
en perversión angélica inocencia,
y doblega apatía o resistencia
del más desentendido o el más fuerte.
Yo era también cristal, diáfano, ajeno
a cuanto no eras tú; también el trueno
que al relámpago sigue, inapelable.
Pero hoy mis pasos van sobre pedazos
de vidrio oscurecido, y arañazos
me desgarran la piel. Tú eres culpable.
Los Angeles, 20 de abril de 2009