23 - Lamento del Niño
Fui obligado a nacer, y a mi llegada
No hubo fiestas, ni luz, ni regocijo;
Era una boca más, un otro hijo,
Voz silenciosa, súplica ignorada,
Sin sonrisas, ni amor, y el alma helada.
Quizá antes de nacer, alguien maldijo
La simiente del hombre que se dijo
Padre mío, sin ser padre de nada.
¡Oh, Dios, si tu bondad es infinita,
por qué permites este obrar maldito,
y tu poder no aplasta la maldad?
Desciende de tu altura, inhabilita
La mano que ejecuta este delito,
Y vuelve hacia el cruel su crueldad.
Los Angeles, 19 de agosto de 1997