24 - Lamento de la Doncella
Bajo mi piel se agita incontrolable
Un alud de deseos encrespados,
Que el viejo ha de llamar desenfrenados,
Y el joven sensación inevitable.
¿Cómo he de hacer en esta formidable
avalancha de instintos arraigados,
que anhela mis vestidos desgarrados,
y exige posesión interminable?
Quiero que un hombre venga y me avasalle;
Quiero entregarme en absoluta ofrenda;
Quiero ser y tener una obsesión.
Y cuando el corazón vibre y estalle,
Mi cuerpo ha de correr libre y sin rienda,
Con desenfreno y sin vacilación.
Los Angeles, 19 de agosto de 1997