2304 - Ahuyentas lobos
Ahuyentas lobos al tocar mi frente,
los que aullando me acechan en manada;
hijos son de la duda, la pedrada,
y las aberraciones de la mente.
Horadándome el pecho ese tridente,
mi actividad quedó paralizada,
la vista en ceguedad, la voz callada,
como si todo yo estuviera ausente.
Mas la serenidad volvió en el acto
al percibir el mágico contacto
de tus sedosas manos en mis sienes.
Ahuyentaste mis lobos. Y lo has hecho
antes de preguntarte, sobre el lecho,
por qué a mí llegas, o de dónde vienes.
Los Angeles, 7 de enero de 2010