262 - Adoración
Sólo el espejo presenció el suceso
por ambos tanto tiempo anticipado,
mi cuerpo erguido, el tuyo arrodillado,
tú mi cautiva, pero yo en tí preso.
Amor que entrega espíritu travieso,
es amor doblemente derramado;
en tí, porque me tienes encerrado,
y en mí que en tí tan suavemente ingreso.
Acunaron mis manos tu cabeza
con gentil movimiento, con firmeza,
lubricado el cilindro en tu humedad.
Y al alzar tu mirada hacia la mía,
comprendimos que todo respondía
a amor mezclado de sensualidad.
Los Angeles, 3 de septiembre de 1999