2637 - Decapitada fe
Reticente he cruzado por la vida,
contemplando las rosas a distancia,
apenas respirando su fragancia,
y mi intención, a su contacto, herida.
Las admiré en silencio en la avenida,
donde el amor exhibe su arrogancia
en juvenil, perenne trashumancia,
que a frívolo propósito convida.
No sé si he sido errático o cobarde,
o si tal vez llegaba siempre tarde,
o si, llegado a tiempo, fracasé.
Ay, que la piel me tiembla, el alma grita
nombres que nadie escucha, y decapita
el ángel del crepúsculo mi fe.
Cantabria, 5 de mayo de 2011