2642 - Ruptura
Se me quebró (¿no es siempre de repente?)
el ánfora de Sèvres. Sobre el suelo,
tropel de alondras en frustrado vuelo,
cada fragmento es tulipán yacente.
Fatal rompecabezas, que el tridente
de vengativo dios de alma de hielo
desbarató; yo airado me rebelo
contra atropello tan malevolente.
No lo recompondré pieza por pieza.
Fue lo que fue; su singular belleza
quedaría en parodia, restaurada.
Quédese en mí en su estado primitivo.
Ánfora tú, perenne, y yo cautivo,
cual si no hubiera sucedido nada.
Cantabria, 18 de mayo de 2011