2656 - La voz del poeta
Mis versos tienen voz; quien los atiende
me escucha, me conoce, se derrama
sobre esta piel de trovador que clama
bajo el arcángel que hacia mí desciende.
Mi voz ya no es mi voz. Luz que se enciende
como relámpago en la noche, llama
que abrasa la hojarasca, criptograma
que solamente el iniciado entiende.
Mis versos tienen vida, que es la mía.
Llegó de lo más alto, donde ardía
el fuego celestial de Prometeo.
No sé si sustraído u otorgado,
mas quedé por su fuerza arrebatado,
y ahora no escribo; canto y clamoreo.
Los Angeles, 7 de junio de 2011