276 - Aceptación
Estos dedos inquietos, atrevidos,
al despertar tus emotividades,
me hacen explorador de intimidades
en tus íntimos ángulos dormidos.
Y en mis manos estallan florecidos
anhelos silenciados, libertades
encadenadas a las soledades
de tratos encubiertos o fingidos.
Al no hallar desacuerdo o resistencia,
mas reciprocidad a mi inferencia,
como tú me aceptaste te acepté.
Y ahora mis dedos flotan incesantes
sobre el mar de tu piel, mis tripulantes,
y yo, su capitán, te surcaré.
Los Angeles, 26 de septiembre de 1999