3411 - Fuente
El borbollón sobre la blanca arena,
súbito umbral en vocación de río,
que al serpear en el boscaje umbrío
con delirios de mar se desmelena.
O en la plaza local, la cantilena
de enhiestos surtidores, atavío
de rumor circular en torno al trío
de Neptuno, el tritón y la sirena.
O el chorrito del mísero poblado
del que llena su cántaro el cansado
niño de grandes ojos soñadores.
Estás aquí y allí, grandilocuente,
o serena, o gentil, mas no excluyente,
pródiga de tus límpidos favores.
Los Angeles, 5 de septiembre de 2013