351 - Separación
¡Cuánto tiempo has dormido! ¡Qué vacía
la senda que nos une en la distancia!
Ni mis ojos te ven, ni tu fragancia
acierta a entremezclarse con la mía.
Al ser tu tiempo mío, sonreía
la primavera en toda exhuberancia;
fui experto en ti, ensalzando la ignorancia
de otro placer y de otra compañía.
Mas desaguó en dolor la última hora,
la de quien besa una vez más y llora
en intento final de retener.
Y en derrotero opuesto ambos partimos…
¿Lo soñamos tal vez? Quizá aún dormimos.
¿Reencontraremos nuestro amanecer?
Los Angeles, 2 de mayo de 2000