38 - Reencuentro I
Tu imagen, tan lejana y tan presente,
se ha encontrado conmigo inalterada,
con el mismo fulgor en la mirada,
y la misma sonrisa transparente.
Nunca estuviste en mi interior ausente,
y hoy te he visto como eras recordada;
ni tiempo, ni dolor, ni suerte airada,
consiguieron hacerte diferente.
Yo he pensado en las posibilidades
que habrían transformado nuestras vidas
si se hubieran cruzado nuestras sendas;
sin conocer quizá las soledades
que cubrieron de sombras y de heridas
las demandas de amor y las ofrendas.
Madrid, 3 de octubre de 1997