383 - Alta edad
Savia joven en roble centenario,
rosa que el frío invierno no marchita,
estática campana que dormita
en la oscura quietud del campanario.
Beso que languidece en solitario,
ímpetu amordazado que se agita,
voz reprimida que en silencio grita
con cada hoja que cae del calendario.
La edad modificó nuestra corteza
sin alterar la juvenil belleza
encapsulada en corazón y mente.
¿Cómo vendrá la mano que acaricie,
si el ojo sólo ve la superficie?
Oh, si este cuerpo fuera transparente.
Los Angeles, 6 de septiembre de 2000