424 - Distantes
Oh la absoluta entrega en la distancia
del sol, en el azul salobre hundido;
lento descenso, en amargor sumido,
y sofocada tanta exhuberancia.
Muerta la luz, se yergue en vigilancia
dorada grey de estrellas; cesa el ruido;
descansa el horizonte adormecido,
y despierta en las rosas su fragancia.
Y al fin de su pasaje submarino
reanuda el sol en alza su camino,
nueva resurrección, vívida oferta.
Como tu mano que hacia mí se tiende;
como el ardor que en mi interior se enciende;
perenne ofrenda, realidad desierta.
Los Angeles, 21 de febrero de 2001