48 - Momento perdido
Un recuerdo jamás desfallecido
tengo de aquella noche, que merece
ser un canto de amor que no envejece,
aunque su tono no llegó a tu oído.
Percibiste el matiz enternecido
de una entrega inicial que nace y crece,
pero en un punto cesa y no se ofrece,
siendo excesivamente precavido.
Ni tu piel, por la luna plateada,
ni tu suave sonrisa invitadora,
ni en tus ojos el cálido fulgor,
lograron desatar mi voz callada,
y te perdí en la magia de tal hora,
ahogando el sueño de un posible amor.
Madrid, 20 de octubre de 1997