Poemas de amor, de soledad, de esperanza
de
Francisco Álvarez Hidalgo

Antología de Sonetos

488 - Soñarte
Soñar, siempre soñar, aún a sabiendas de la amenaza de la madrugada; la noche nos abraza enamorada, y la luz nos arranca nuestras vendas. Soñar, sólo soñar que nuestras sendas confluyan ambas en la misma almohada, sin que la idea de una retirada menoscabe el placer de las ofrendas. La sangre de los sueños es fecunda en congojas y lágrimas, e inunda de dolor las entrañas y la mente. Si mi sueño de ti concluye y hiere, sabiendo que una vez se vive y muere, déjame que te sueñe, dulce ausente.
Los Angeles, 12 de julio de 2001
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