Poemas de amor, de soledad, de esperanza
de
Francisco Álvarez Hidalgo

Antología de Sonetos

511 - Morir para renacer
Madura estás, mujer, para la siega, no una más, la mejor de las espigas; qué carne de oro, qué temblor abrigas al roce de la brisa que en ti juega. Primavera temprana, íntima entrega al surco fijo en que a morir te obligas; si sólo en sueños vagas y mendigas, hoy el estío a tu rescate llega. Talada y triturada, en implacable transformación final, irrevocable, trigo y hogaza, lo que fuiste y eres. La hoz deviene antorcha deslumbrante, de la muerte a la vida exhuberante; hoy se te dan, mujer, nuevos poderes.
Los Angeles, 12 de agosto de 2001
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