52 - La llama
Llama inmóvil, a veces temblorosa,
abrasadora al par que iluminante,
proyectando la sombra amenzante
de una quimera ambigua y tenebrosa.
Divisible, inmutable y peligrosa
como mujer en rotación constante,
propagándose a todos como amante,
y permanente en el papel de esposa.
No te agota la entrega eslabonada
a cada lámpara que te recibe,
aunque besas a todas por igual.
Tienes una reserva ilimitada,
con una intensidad que te prohibe
ser restringida, falsa o desleal.
Los Angeles, 15 de noviembre de 1997