534 - Tu voz
Llegó tu voz en íntima cadencia,
revestida de cálida memoria,
prolongación de tan reciente historia,
transformando mi ausencia en tu presencia.
Qué vigorosa, diáfana elocuencia
palpita en tu palabra; es la victoria
de la esperanza, en su esplendor y gloria,
sobre el miedo a eventual indiferencia.
Tu sedosa expresión lleva el reclamo
de nostálgica amante, cuyo ‘te amo’
se repite incansable, sin decirse.
Tu voz, tu voz, me llega en el instante
en que el alma agoniza, tan distante,
reviviendo el dolor de despedirse.
Los Angeles, 4 de noviembre de 2001