58 - Los ojos
Te hemos acariciado intensamente
sin que tu suave piel lo percibiera,
y es en tí nuestra huella tan ligera
que tu cuerpo la lleva y no la siente.
Grabamos en el álbum de la mente
tu dulce imagen imperecedera,
con ella irás, eterna viajera,
y allí has de estar, eterna residente.
Seremos tus devotos seguidores
acompañándote en la muchedumbre,
y quizá nos sorprendas al pasar.
Verás nuestro rubor, y tus temblores,
nacidos al momento del vislumbre,
te harán saber que alguien te puede amar.
Los Angeles, 25 de noviembre de 1997