636 - Late conmigo
A tu más íntimo rincón me admites,
y el miembro dejas aherrojado en grillos;
de tal forma contraes los anillos
que el movimiento apenas le permites.
He de gritar al tiempo que tú grites
al compás de descargas de martillos;
en mis ojos idénticos los brillos
que del cristal de tu mirada emites.
Y al expirar los últimos gemidos,
antes de sosegar adormecidos,
sigue abrazándome una y otra vez.
Sumérgete en quietud, late conmigo,
cúbranos el sensual, cálido abrigo,
de nuestra fulgurante desnudez.
Asturias, 24 de mayo de 2002