637 - Oh mujer, mi mujer
Hoy que tus cosas a empacar procedes,
y a punto estamos de partir, primero
recoge uno por uno los ‘te quiero’
que adheridos están a las paredes.
Yo quisiera quedarme, y que te quedes,
desvaneciendo el tramo del sendero
que hasta la puerta llega, mensajero
de sueños muertos ya, que al fin sucedes.
Cuanto a lo largo del camino ha habido,
yace ignorado, inerte, enmudecido,
sólo hacia tu perímetro despierto.
Oh, mujer, mi mujer, que aún sin ser mía,
rompes los moldes de mi fantasía,
qué suerte haberte un día descubierto.
Cantabria, 31 de mayo de 2002