66 - Sauce y ciprés
Soy el sauce de ramas encorvadas
hacia la tierra, austero y abatido,
porque tu voz carece de sonido
y mis manos se mueren desterradas.
Cuando a tí lleguen, suaves y calladas,
y tus palabras vibren en mi oído,
seré el ciprés robustamente erguido
taladrando tus aires a lanzadas.
Y tú no huirás. Ofrecerás el pecho
a mi agresión, mirándome a la cara
con ansiedad tras de tan larga espera.
Y al recoger mi amor sobre tu lecho,
harás mi noche oscura noche clara,
y anclaré mi bajel en tu ribera.
Los Angeles, 15 de diciembre de 1997