678 - Celos II
Caricia fue mientras llamado brisa,
pero se ha hecho mayor, su nombre es viento,
y quien ayer rozaba con su aliento,
hoy muerde, abofetea, empuja, pisa.
Aprendemos a amar, y la sonrisa
toma en los labios invariable asiento,
luego la duda clava el desaliento,
y cabalga el dolor a toda prisa.
Y, una vez al galope y desbocado,
¿cómo frenar su impulso, qué candado
reforzará las puertas del olvido?
De ese olvido magnánimo, que ignora
sombras de ayer al madrugar la aurora,
como si nunca hubiera anochecido.
Los Angeles, 25 de septiembre de 2002