701 - Seguiré andando
Deshabitada estás, y estás oscura,
manos sin tacto y ojos en ceguera;
con tan poca esperanza, y a la espera
de quien logre arrancarte esa amargura.
Pero no ves la luz que se apresura
a llamar a tu puerta; quién pudiera
desclavar las ventanas; quién supiera
descerrajar tu propia cerradura.
Paso ante ti, golpean mis nudillos
en tus cristales; tiemblan los visillos,
y tiemblo yo por ansiedad de verte.
Sólo el silencio inmóvil me responde;
seguiré andando, aunque no sé hacia dónde;
otro vendrá tal vez y te despierte.
Los Angeles, 28 de diciembre de 2002