814 - No llores por ayer
Todo aboca a su fin, en todo hay muerte,
en la rosa, la noche, los amores,
en el gozo inefable, en los dolores
que el desengaño sobre el alma vierte.
Como viene se ausenta; se convierte
en cenizas del tiempo; los rencores
se marchitan también, como las flores,
se quiebra el frágil, se desgasta el fuerte.
Leve y fugaz la ruta que llevamos,
y aún a nuestro pesar nos descargamos
del fardo acumulado día a día.
No llores por ayer, ni por ahora,
fue bello, se acabó, nace otra aurora
de las entrañas de la noche fría.
Los Angeles, 1 de julio de 2003