824 - Tu voz
Tu voz, tu voz, crepúsculo distante
perdiéndose en la sombra, balbuceo
que apenas se recuerda, parpadeo
de estrella de oro en luz agonizante.
Fue resonancia un día, equidistante
entre murmullo y grito de deseo,
fue doblar de campanas a voleo,
fue angustia y beso y explosión de amante.
Luego cedió al silencio nebuloso,
frío sueño sin luz y sin reposo,
pesadilla de agobio, incertidumbre.
Tu voz, íntimo lazo que me unía
a ti en gozo y dolor, se me fue un día,
y hoy sólo oigo a la absurda muchedumbre.
Los Angeles, 11 de julio de 2003