830 - Viejo camino
Se han abierto ante mí nuevas veredas,
flanqueadas de aromas y colores
que el recuerdo olvidó cuando otras flores
granaban en mis viejas alamedas.
Mi carreta avanzó, pero las ruedas
chirriaron en protesta; sus clamores
eran súplica y veto, precursores
de ruina de incendiadas arboledas.
Y detuve la marcha. Fresca brisa
me acarició la frente; una sonrisa
pareció renacer de mi pasado.
Y me reincorporé al viejo camino,
no sé si en sensatez o en desatino,
la llaga lo dirá de mi costado.
Los Angeles, 16 de julio de 2003