85 - Dulce amiga
Ni mis ojos han visto tu semblante,
ni ha vibrado tu voz en mis oídos,
y aunque tus rasgos son desconocidos,
te llevo en mí desde el primer instante.
Quizás a veces me verás distante,
o sentirás mis ánimos caídos;
serán ausencias, pero nunca olvidos,
porque soy para tí fiel y constante.
El tiempo ha transcurrido sin borrarnos
la huella que imprimió el primer encuentro,
ni extinguirnos la llama que encendió.
Y no podrán los años alterarnos
el sentimiento que llevamos dentro,
ni interponernos nada entre tú y yo.
Los Angeles, 7 de abril de 1998