894 - Breve relámpago
“El amor sólo llega
para decir que no puede quedarse” (A. Gala)
Le confesó un amor adormecido,
sin el vigor de antaño, polvoriento,
con esa dejadez del aposento
adonde en meses no se haya venido.
Fue tras el beso al otro conferido,
y antes del beso hirviendo en el intento,
sus palabras envueltas en aliento
que ajenos labios hoy ya han absorbido.
El intentó creerlo, mas no pudo;
sus ojos, agua; su garganta, nudo;
muda la voz, temblor en las rodillas.
Y al fondo, la esperanza diminuta
de ser breve relámpago en su ruta,
repitiendo en las manos sus mejillas.
Los Angeles, 8 de septiembre de 2003